Era un pueblo tan húmedo, tan húmedo que hasta las ranas tenían reuma.
 
  Era un hombre tan negativo, tan negativo que se desmayó un día y en lugar de volver en sí volvió en no.
 
  Era tan alto, tan alto que en vez de tomar café con leche, lo tamaba con San Pedro.
 
  Eran tan tonto, tan tonto que fue a comprar lechugas y no compró ninguna porque estaban verdes.
 
    Era un río tan estrecho, tan estrecho que sólo tenía una orilla.